lunes, 21 de junio de 2010

Millos I-2010: una pared negra con 2 puntos blancos

Millos I-2010: una pared negra con 2 puntos blancos
Por: Gustavo Torres


Hace más de un mes que para nosotros, los hinchas de Millonarios, la temporada futbolística terminó y con ella nuestras ilusiones de ver a nuestro equipo mejor, aunque para esta temporada cabe el adagio popular que señala que “desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo”.

La temporada, desde su inicio presentaba un panorama más que sombrío, ya que la falta de dinero y la desorganización imperante en el club obligaron, este año más que nunca, a hacer un equipo plagado de juventud y retazos, compuestos estos últimos en su mayoría por jugadores que venían a reforzar el club pero que no traían un gran cartel a cuestas, y cómo exigirles un gran cartel, si desde un inicio venir a Millonarios es un riesgo enorme desde el factor económico.

Igualmente, enero nos mostraba las mismas caras en el banquillo albiazul, en la presidencia y la cúpula de accionistas, lo que podía presagiar un fracaso total, aunque muchos hinchas, incluido un servidor, guardaba una mínima esperanza en que este año se podía hacer algo más, pero no fue así.

Este 2010 arrancaba con una presión extra para nosotros: el descenso. La cercanía del famoso “farolito rojo” incrementaba la ansiedad y la obligatoriedad de hacer una temporada más que buena para alejarnos de un fantasma que nos viene persiguiendo hace unos años gracias a rendimientos más que mediocres, a manejos deportivos y administrativos oscuros e ineficaces. Aún así, iniciaríamos el sueño de esta temporada con “nueva sangre” y eso llenaba una pequeña porción del vacío deportivo encontrado en el club.

Pero lo que mal y mediocremente inicia, mal termina y este Millonarios remendado y vapuleado por una estirpe de dirigentes tan malos como nunca se podrían ver, nos llevaron a estar en una de las peores posiciones que este glorioso club haya conocido desde su fundación. A fuerza de ser sinceros, en esta temporada que acaba de pasar hay muy, pero muy poco que rescatar, a tal punto que se debe hacer un esfuerzo enorme para ver pequeñas luces en la más profunda oscuridad deportiva y administrativa del club.

Los puntos blancos

La parte buena en esta temporada que terminó es pequeña y quizás se puede resumir en estos 2 puntos:
• La proyección de jugadores juveniles: se nos había prometido darle más oportunidad a los juveniles esta temporada, y si bien no fue así (como raro que no cumplan), los nuevos prospectos de Millos aparecieron y nombres como Subero, Asprilla, Mosquera y la consolidación de Henríquez y Franco hacen que el club tenga una serie de prospectos que alimentarán el equipo y harán respetar su camiseta.
• La victoria contra nacional y santa fe: de los partidos que seguramente más disfrutamos fueron las victorias en los clásicos contra Nacional y Santa fe. Millos demostró en esos partidos un poco más de su paupérrimo nivel en el campeonato, y con más ganas que futbol se pudieron sacar dos victorias que todos los hinchas queremos obtener. Eso si, las victorias en estos dos clásicos no borran la pésima campaña y el bajo rendimiento.


La pared negra

Normalmente, se dice que “a toda pared blanca le encuentran su punto o mancha negra” haciendo referencia a que a una acción o persona buena siempre le ven algún defecto. En este caso, las directivas de Millonarios hicieron todo lo posible para que en esta temporada la pared de sus actuaciones y las del equipo se tiñera de negro, demostrando así su ineptitud enorme en el manejo del equipo.

Una pared que fecha a fecha mostraba un color más oscuro y que, los espacios blancos, se iban acortando más y más. Con cada derrota, con cada problema económico, con cada bajo rendimiento, con cada mentira de los dirigentes, con cada contratación mal hecha (porque de los que llegaron solo uno, Luís Delgado, cumplió), llenaba la pared de cosas negras.

Y eso malo, de nuevo, tuvimos que soportarlo los hinchas, esos que apoyamos y nunca renunciamos a seguir queriendo a Millos más allá de los enemigos, pero desafortunadamente eso no es suficiente para subir en la tabla de posiciones ni para aumentar el caudal futbolístico del equipo.

La temporada dejó, como primera baja, al DT Luís García que cobardemente renunció en el intermedio del partido contra Chicó jugado en el Campín, reemplazándolo en su cargo el señor Diego Barragán sin un mayor cambio, manteniendo muchos errores en el onceno. Otra sensible baja fue la del defensa José mera, que en un choque con Ramírez que lo llevó a estar prácticamente dos meses afuera de las canchas.

Pero quizás el mayor cambio o sismo dentro del club fue la obligación, por parte del gobierno, de remover toda la junta directiva con el fin de poner orden en la casa azul y darle una solución definitiva a los críticos problemas de un club que asume un pasivo de 30 mil millones de pesos, y fue así como López y su sequito se fueron de la junta directiva para darle paso a José Roberto Arango como facilitador para salvar a la institución. Si bien se vienen sorteando problemas, con el tiempo el señor Arango sacará a flote un barco que los de siempre (García, López, Rendón) se encargaron de hundir.

Esperemos que las diligencias de “el mago” Arango surtan el efecto que todos deseamos, no solo para salvar al club sino para ya salir de los personajes malignos que están dentro de él. Por el momento y viendo los resultados futbolísticos y administrativos asumidos por la junta directiva saliente, no nos queda más que decir que Millonarios tiño su pared negra solo y dejó dos puntos blancos… casi microscópicos.

Millos II-2010: Con grandes cambios, una nueva ilusión se gesta.

Millos II-2010: Con grandes cambios, una nueva ilusión se gesta.
Por: Gustavo Torres

La segunda temporada está a un mes de iniciar, pero desde ya, Millonarios empieza a carburar su organización de cara a la nueva obligación que arrancará la tercera semana de julio.

Pero sin duda alguna, la “adquisición” más importante de este Millos no se realizó al final de la temporada, ni se hará cargo específicamente de un área deportiva, ya que se trata del nuevo presidente que pondrá por fin la casa en orden, un hombre trabajador y con un palmarés más que interesante en el área administrativa: José Roberto Arango.

El señor Arango se ha encargado de los procesos de liquidación de empresas tan importantes como Coltejer o Acerías Paz del Rio, que con suma prudencia e inteligencia sacó adelante y puso de nuevo a producir. Ese precedente acompaña a un hombre que, con todas las complicaciones, ha asumido esta titánica labor de salvar al club de las deudas que lo carcomen.

La Salvación.

El doctor José Roberto propone inyectar capital al club mediante la creación de una sociedad anónima que se encargará del manejo de la corporación deportiva, asumiendo todos sus pasivos y activos. Con lo anterior, Millonarios pasaría a ser una sociedad anónima, siendo uno de los primeros equipos en el país con esta figura.

Pero para asumir el control, la sociedad anónima comprará los activos que posee el club y con dicho dinero se solventarán las deudas y se iniciará un nuevo equipo con solvencia económica y un capital importante que respalde su funcionamiento. La nueva sociedad compraría el nombre del equipo, la ficha de participación en la DIMAYOR y los pases de los jugadores que pertenecen al club y, de esta forma, inyectaría los fondos necesarios que se requieren para iniciar el plan de rescate.

Uno de los puntos que más dio trabas dentro de la negociación fue el pago de los derechos a los actuales socios del club, más aún con aquellos que tienen una cantidad importante de derechos como los señores García, López (que cuando ingresó no tenía ni un solo derecho) y Rendón. Después de muchas fórmulas, se llegó al acuerdo de que una vez vendidos los activos ya mencionados se cancelarán los pasivos y el dinero restante, se repartirá equitativamente entre los asociados que tienen derechos según su porcentaje de propiedad; si no sobrase dinero, no se dará nada y es ese el punto que mas intranquiliza a los ya mencionados.

Uno de los requisitos que el doctor Arango pidió para asumir esta labor era el cambio de la junta directiva en su conformación, para que quedara de la siguiente forma: un presidente designado por consenso, dos miembros delegados por el gobierno y los últimos dos designados por los asociados mayoritarios y fue una sorpresa mayúscula cuando se nombró al mismo Arango como presidente del club. La conformación en el momento del análisis no fue caprichosa, ya que a todas luces busca quitarle poder a los asociados mayoritarios con el fin de que no puedan obstaculizar lo que se pretende realizar. Esta nueva junta directiva será transitoria mientras los nuevos dueños asumen el control del club.

Este excelente planteamiento, que desde su concepción ha sido aprobado por los hinchas, por aquellos que queremos de una vez por todas ver al club mejor, no ha contado con un camino expedito en su aplicación, dado que COLDEPORTES no avala el proceso de cambio a sociedad anónima y pone en la mesa restricciones jurídicas a este naciente plan. Quizás el escollo con COLDEPORTES es el más duro que deberá superar el Sr. Arango en esta aventura que, esperemos, tenga un final feliz y amable para todos.

Cambios en la parte deportiva.

Es indispensable sanear las arcas del club para ponerle una nueva cara a la parte deportiva del club, y de ahí que los primeros esfuerzos estén abocados a la obtención de dinero para librar las deudas que se tienen con los jugadores del plantel profesional actual y para reforzar el equipo tanto con nuevos jugadores como con un nuevo director técnico.

Pero ya esos esfuerzos se están viendo con la contratación, hace un par de semanas, del nuevo director técnico para Millonarios. El nuevo estratega es Richard Páez, de nacionalidad venezolana, que se encargará de dirigir al club en este torneo que se avecina. El venezolano que asumirá el control del equipo, dirigió a la selección del vecino país en las eliminatorias rumbo a Corea y Japón del 2002 y en clubes al Alianza Lima del Perú. Muchos podrían pensar que este técnico no tiene el potencial para dirigir un equipo grande en Colombia, pero desde la óptica de este escritor, creo que es una apuesta interesante la que el equipo hace con el nuevo director técnico, que si bien a nivel de selección no ha hecho mayor cosa, cabe recordar que Richard Páez hizo evolucionar el fútbol venezolano y le dio una nueva fisionomía, quitándole en gran medida la etiqueta de “cenicienta” suramericana. Con todo lo anterior, con buena o mala opinión de la contratación, hay que darle tiempo al nuevo DT para ver su planteamiento y el funcionamiento del equipo en el rentado nacional.

En cuanto a los refuerzos no se han adelantado mayores detalles, pero si los directivos han mencionado la necesidad de reforzar el plantel actual con jugadores de experiencia, que aporten futbolísticamente al equipo y ante todo que se comprometan con la institución respetando la historia, el club y la hinchada.

Lo que viene…

Será muy bueno pensar que solo se vienen cosas buenas para el equipo, pero el terreno escabroso que el nuevo presidente está encontrando dificulta que los cambios se vean más rápido. Lo más importante es tener la suficiente tranquilidad y saber que el equipo está en manos de alguien muy capaz y que se está moviendo para conformar un equipo que no solo participe, sino que compita y pelee por cosas grandes en este semestre.

Señor Arango: En sus manos está el club más grande del torneo nacional, que como usted se puede dar cuenta, ha sido castigado y vapuleado por unas serie de malos manejos y demás cosas oscuras de las juntas directivas que han precedido la institución en las dos décadas pasadas. No le deseamos suerte, le deseamos muchos éxitos porque somos conocedores de sus capacidades y, conscientes de eso, entendemos que las buenas acciones son totalmente obra de una gestión seria y no de un capricho del azar. ¡Buen viento y buena mar capitán!