Crónica Azul Profundo:
Millonarios
0 – Junior 0
Imagen: El espectador.com
Todos
esperábamos con muchas ansias el partido de ayer. Veíamos nuestro sueño más
cerca y estábamos a 90 minutos de la gran batalla final. Los minutos pasaban
lentamente pero el momento había llegado: 40 mil almas en el estadio y Millones
en Colombia estábamos pendientes del partido que definiría que nuestro sueño
siguiera latiendo. Por cierto, desde esta esquina de opinión presento queja a
Futbolmanía RCN porque la transmisión inició cuando ya habían pasado 1:32 del
primer tiempo.
Empezó
el partido y Millos presionaba como si un ejército saliere feroz por su presa.
Las bandas eran las alas de un avión que despegó con toda fuerza y arrinconó a
un Junior que, sumado a un planteamiento conservador (por no decir defensivo)
fue metido en su arco. Millos lanzaba ataques y Junior contenía, pero de nuevo
la sombra de la mala definición y el exceso de ansiedad agobiaron al equipo.
Wason sorprendió con un zurdazo en las primeros movimientos del partido que
Viera sacó y nos ahogó el grito de gol, y de ahí fue Millos tocando en campo de
Junior que apostaba al contragolpe y que en uno de ellos nos mandó el ritmo
cardiaco a tope cuando Vladimir Hernández llegó con peligrosidad al arco.
El
primer tiempo tuvo un parte aguas: Leonardo López fue expulsado después de una agresión
contra Jhonny Ramírez. Si bien Junior se defendió, con 10 aún más cerraron
filas y Millonarios intentaba abrir el bloque con pases en diagonal y pudo hacerlo
en varias oportunidades, pero apareció un problema que nos viene persiguiendo
sobre todo últimamente: la falta de definición. Cosme, sobre todo, no aprovechó
las oportunidades y lentamente el equipo se iba desesperando en búsqueda del
resultado. El primer tiempo se fue en empate.
Ya
con el empate no solo teníamos mente en el Campín sino que en Pasto mirábamos las
acciones de reojo. Con el empate, la angustia era mayor porque no solo estábamos
a expensas de que Pasto con un gol nos sacara sino que Junior, casi muerto futbolísticamente
en el campo tenía opciones y eso le abría una opción por luchar aún más. Y, con
toda esa carga de presión, inició el segundo tiempo con el equipo de igual
manera a la carga peor con los espacios muy limitados. El tiempo pasaba y la presión
aumentaba para los jugadores en la cancha, y ya sabemos que la presión y la
angustia son los peores consejeros cuando algo se quiere obtener. Fueron
momentos largos, de sin sabores y angustiantes para todos, no lo dudo, y mas
cuando el DT de Junior (sin necesidad de nombrarlo), se resistía a salir
expulsado y, con su show quería distraer la atención y frenar un partido donde
lo único que no se podía permitir era que se perdiera ritmo.
Los
últimos minutos se consumían, para todos, con una velocidad trepidante, tan rápido
que sentíamos que el minuto no tenía 60 sino 30 segundos. Con los ojos puestos
en la cancha y con los oídos en pasto, esos últimos minutos se fueron como agua
en las manos, y para no hacer menos angustiante nuestra espera, primero Dayro Moreno
a un metro de Luís Delgado no alcanzó a patear un centro casi perfecto, ahí se
fue más de un corazón y después, un fuerte remate de Román Torres que pegó en
el pato y que llamó con afán el “uhhhh”. Las puertas nos e abrían y el empate,
impávido, se resistía a ser modificado. De repente y cuando iba a cobrar una
falta el Junior, el árbitro pito el final del partido, y lo que normalmente se escucharon
el pitazo final fue modificado por un silencio que impregnó de suspenso el
estadio y la definición. Increíble que con 5 minutos más y en Pasto todavía
estuvieran jugando. Fueron pocos segundos, muchos en nuestra espera, pero el
pitazo final llegó y el estadio rompió en celebración: Millonarios ya era
finalista y enfrentará al Medellín.
La
larga espera había terminado y la noticia había llegado como melodiosa música a
nuestros oídos. Ya teníamos en nuestras manos el boleto al gran escenario, a
ese donde solo los mejores llegan y donde solo 2 tiene derecho a pelear un
título. Alegría y satisfacción de lograr un gran paso importante y la ilusión
intacta de gritar a final de año: Campeones!
Lo
bueno y lo malo
En
el partido Millonarios – Junior tenemos los siguientes puntos a destacar:
Lo
bueno:
- El rendimiento de Román Torres y de pedro Franco en la saga posterior da tranquilidad en defensa.
- El sacrificio del equipo. Si bien no hubo destellos de fútbol si hubo compromiso y sacrificio.
- La afición. Sigue acompañando y haciendo de El Campín un fortín.
Lo
malo
- Siguen los errores en la definición y se pierden muchos goles.
- Al equipo le sigue pensando un poco la ansiedad por anotar.
Lo
que se viene…
¡Llegó
la final! El miércoles inicia esta aventura que nos separa de la estrella 14.
Esto iniciará en Medellín. Será un partido muy duro donde la ilusión de un
nuevo título estará presente. Cabe recordar que pedro Franco no estará por
acumulación de amarillas.
Que
siga viva la ilusión! 180 minutos nos separan de ese sueño que tenemos todos:
la estrella 14. Esta serie final será muy difícil, así que es básico tomar las
cosas con calma e ir paso a paso, porque estos sueños se edifican poco a poco
con trabajo, responsabilidad y con humildad. Sigamos soñando e ilusionados que
Millos este semestre sin duda nos dará más alegrías.
¡VAMOS
MILLONARIOS!
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